
Don Tancredo
La derecha en general y el PP en particular no destacan por su capacidad para comunicar, a pesar de que lo tienen más difícil que los demás, porque se les suele aplicar un rasero donde lo bueno apenas puntúa y lo malo penaliza dos veces.
Paradójicamente, da la sensación de que los únicos que nos dado cuenta del problema son quienes lo padecen. Su pasividad o torpeza sigue ahí, no reaccionan, ni si quiera ante la urgencia electoral.
El PP recuerda a muchas grandes empresas que, a pesar de su tamaño, mantienen una estructura familiar en su dirección y que practican aquello de un “nivel bajo” de comunicación, “cuanto menos se sepa de nosotros mejor”, eso sí, se desesperan cuando un competidor al que desprecian vende mejor lo que ellos venden.
Es evidente que el PP mantiene una política de comunicación activa pero poco exitosa. La percepción que se ha transmitido a la ciudadanía en estos meses en que “no hace nada”, incluso se ponen en duda sus “logros” en la economía y el empleo. Y que decir de los portavoces, cada vez que hablan aumenta el desapego entre los propios votantes.
Para un amplio segmento de opinión pública, Rajoy es una especie de Don Tancredo que no se mueve para que el toro no le envista. No queda claro si este inmovilismo es una estrategia exitosa, simplemente inacción o, lo que es aún peor, desidia y pereza.
El otro día en una entrevista en la Ser, Rajoy decía que participar en los debates de televisión era algo que "no apetecía a nadie...requería un gran esfuerzo y no era cómodo", pero que iría. Sorprendente, no sólo por lo que dijo y cómo lo dijo sino porque se lo dejaran decir. ¿Nadie preparó la entrevista?
Paradójicamente, da la sensación de que los únicos que nos dado cuenta del problema son quienes lo padecen. Su pasividad o torpeza sigue ahí, no reaccionan, ni si quiera ante la urgencia electoral.
El PP recuerda a muchas grandes empresas que, a pesar de su tamaño, mantienen una estructura familiar en su dirección y que practican aquello de un “nivel bajo” de comunicación, “cuanto menos se sepa de nosotros mejor”, eso sí, se desesperan cuando un competidor al que desprecian vende mejor lo que ellos venden.
Es evidente que el PP mantiene una política de comunicación activa pero poco exitosa. La percepción que se ha transmitido a la ciudadanía en estos meses en que “no hace nada”, incluso se ponen en duda sus “logros” en la economía y el empleo. Y que decir de los portavoces, cada vez que hablan aumenta el desapego entre los propios votantes.
Para un amplio segmento de opinión pública, Rajoy es una especie de Don Tancredo que no se mueve para que el toro no le envista. No queda claro si este inmovilismo es una estrategia exitosa, simplemente inacción o, lo que es aún peor, desidia y pereza.
El otro día en una entrevista en la Ser, Rajoy decía que participar en los debates de televisión era algo que "no apetecía a nadie...requería un gran esfuerzo y no era cómodo", pero que iría. Sorprendente, no sólo por lo que dijo y cómo lo dijo sino porque se lo dejaran decir. ¿Nadie preparó la entrevista?
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