Degeneración política
La regeneración política ha sido el claim de la mayoría de los partidos políticos desde el 15 M proto podemita hasta las elecciones del 20 de diciembre, que desembocaron en una legislatura interruptus.
Si embargo la medicina regeneradora venía con no pocas contraindicaciones y ha tenido un efecto inverso. Así, desde el 20 D la política española ha asistido a sus cotas más altas de degeneración. En estos meses hemos visto cómo “todo vale”, desde la mentira a la demagogia, desde el trueque a la traición y todo al servicio de los intereses de un reducido grupo de personas, los llamados líderes políticos, que en nombre de la gente defienden sus ambiciones personales.
Un grupo de “ejecutivos” que en el ámbito privado no duraría un telediario. Su incapacidad y egoísmo no solo nos ha costado dinero y empleo sino que puede comprometer nuestro futuro.
Paradójicamente ya nadie habla de regeneración política y hemos aceptado como buena una contienda en la que “la gente” tiene muy poco que decir, en la que somos meros instrumentos al servicio de unos personajes que consideran que lo público es cosa suya.
Si embargo la medicina regeneradora venía con no pocas contraindicaciones y ha tenido un efecto inverso. Así, desde el 20 D la política española ha asistido a sus cotas más altas de degeneración. En estos meses hemos visto cómo “todo vale”, desde la mentira a la demagogia, desde el trueque a la traición y todo al servicio de los intereses de un reducido grupo de personas, los llamados líderes políticos, que en nombre de la gente defienden sus ambiciones personales.
Un grupo de “ejecutivos” que en el ámbito privado no duraría un telediario. Su incapacidad y egoísmo no solo nos ha costado dinero y empleo sino que puede comprometer nuestro futuro.
Paradójicamente ya nadie habla de regeneración política y hemos aceptado como buena una contienda en la que “la gente” tiene muy poco que decir, en la que somos meros instrumentos al servicio de unos personajes que consideran que lo público es cosa suya.
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